10 Síntomas del Trauma Infantil.
¿Qué pasa cuando tus niños tienen trauma? ¿Cómo te puedes enterar? ¿Cuáles son los síntomas que hay que tomar en cuenta? Y sobre todo, ¿qué debemos hacer? Una para prevenir que el trauma siga profundizando y dos para prevenir por completo que tengan trauma. Si tienes niños o niñas, o tienes cercanos o participas en la educación de niños o niñas. Acompáñame en este tema, que va a ser muy interesante.
¡Qué bueno que estás aquí hoy! Soy la doctora Carmen Román y por 30 años he trabajado con trauma y créeme que no es nada agradable cuando los padres o los tutores o los cuidadores no están informados del tema y toca que llegan ya en etapas muy avanzadas de trauma los niños al consultorio o las familias. Así es que toma todas las notas, toma los síntomas y si es necesario, y si no tienes un lápiz o papel o etcétera, puedes bajar las notas y copiarlos en alguna parte y tenerlos por ahí cerca para que estés al pendiente de tus niños.
Consecuencias de no atender el trauma infantil
Primero hablemos de cuáles son las consecuencias cuando no atendemos el trauma.
1. Problemas de salud
Cuando los niños crecen con trauma, tienen problemas de salud a largo plazo. Por ejemplo, empiezan a generar diabetes, problemas del corazón, una ansiedad terrible o ataques de pánico que les va a ser muy difícil controlar cuando ya son adultos.
2. Incidencia en crímenes
Tienen mayor incidencia en crímenes y por supuesto, en usos de servicios médicos o de salud mental.
3. Dificultad para relacionarse
Tienen dificultad en la vida adulta para mantener relaciones plenas, saludables, relaciones que les ayuden a crecer, que sean nutricias y tienen dificultad para mantener un empleo estable.
Síntomas del trauma infantil
Bueno, dices: “Ok Carmen, ahora, ¿cómo vamos a detectar el trauma?” Estos síntomas, fíjate bien, no te desesperes ni te angusties, si solamente tiene uno o dos de estos síntomas, es importante que tenga un conjunto de estos síntomas. Vamos a pensar tres o más de estos síntomas y es importante que no sea el primer mes después de un evento trágico, porque el primer mes el cerebro se acomoda, se ajusta, vamos a tener pesadillas, nos vamos a pasar muy mal, pero a lo mejor al mes ya se asienta un poco, ¿verdad? Y de todos modos toca que escuches si es menos de un mes para que estés al pendiente, si esto pasa a largo plazo o para que prevengas que algo no pase a largo plazo.
Así que aquí están los síntomas.
1. Bajo rendimiento escolar
El niño o la niña, si es que ya están en edad escolar, empiezan a tener un rendimiento bajo en la escuela, les cuesta mucho trabajo el concentrarse y/o tener motivación para hacer sus tareas.
2. Problemas con la comida y el sueño
Empiezan a tener muchos problemas para comer (comen de más o comen de menos). Empiezan a dormir de más o empiezan a dormir menos. Y yo sé que los adolescentes duermen de más, ¿verdad?, pero esto es diferente. Tú sabes que hay una razón para un trauma y empiezan a dormir más de lo normal o empiezan a dormir mucho menos de lo normal.
3. Enuresis o encopresis.
Empiezan a hacerse pipí o popó en la cama cuando ya habían controlado esfínteres. Esto se llama enuresis (caso de la pipi) o encopresis (caso de la popo). Entonces tienen esta dificultad para controlar y/o empiezan a hacerse pipí en la escuela o a horas que no son convenientes y ya está en una edad en que no debieran.
4. Pesadillas
Tienen pesadillas constantes, se despiertan en la noche con terror, les cuesta trabajo dormir con la luz apagada. Y si tú dices: “bueno, eso así ha sido toda la vida”, bueno, es que a lo mejor así le enseñaste, pero los niños normalmente deben dormir con la luz apagada.
5. Síntomas físicos sin razón
Tienen quejas de síntomas físicos sin razón aparente, como que les duele la cabeza, les duele el estómago, están irritables de más, y sabes que esto no es normal.
6. Ataques de llanto o ira/Conductas suicidas
Tienen esos ataques de enojo o de llanto sin una razón aparente. Tienen pensamientos o conductas suicidas. Y aquí es cuando a veces vamos a correr más rápido a pedir servicios de salud, si es que tienen conductas suicidas, como si tienen pensamientos como “ya no vale la pena vivir” o “el mundo estaría mejor sin mí”. Si empiezan a heredar sus pertenencias, tendrás que preocuparte y poner muchísima atención y de ser necesario, correr de inmediato a los servicios de salud.
7. Rebeldía
Son rebeldes con cierto resentimiento. Se nota que traen el enojo cuando son rebeldes, cuando no te obedecen o al contrario, son demasiado sumisos, sin cuestionar porque están como desmotivados. Y si tú les dices: “párate y limpia esto, haz y limpia esto” lo hacen, pero no tienen ese sentido de vida.
8. Bullying
Empiezan a hacer bullying a otros niños en la escuela, o empiezan a pelear o empiezan a estar irritables con otros niños y empiezas a tener quejas de otras mamás o de la escuela misma.
9. Miedo excesivo
Sabes que sienten mucho miedo, por ejemplo, miedo a quedarse solos cuando tú vas a salir. Miedo a quedarse con alguien u otro adulto. Y es muy importante si los niños constantemente te dicen que tienen miedo a quedarse con el tío, el abuelo, la tía, la prima, etcétera. Tal vez hay algo que no te están diciendo, tal vez están sufriendo algo que no te están diciendo. Así es que más vale poner atención a eso, a cuando tienen miedo a una persona en particular.
10. Vulnerabilidad
También tienden a sentirse indefensos, muy vulnerables, como si tuvieran las emociones a flor de piel. Entonces necesitan estar así, muy cerca de ti, ¿verdad? O que están muy tímidos o muy tímidas.
¡Recuerda! Hay una posibilidad de trauma cuando los niños presentan dos o más de estos síntomas, o cuando tenemos tal vez uno solo de estos síntomas, pero en un grado suficiente como para que nos preocupemos.
¿La vida de mi hijo o hija se arruinó?
Yo sé que como padre o como madre tiene ciertos pensamientos que te abruman. Por ejemplo, dices: “la vida de mi niño o mi niña se ha arruinado” y lloras muchísimo porque dices: “ya no tiene remedio”. Yo te aseguro que los niños son resilientes con un tratamiento adecuado, los niños salen adelante o empiezas a pensar: “soy un padre o una madre terrible porque no los pude proteger”.
Tal vez no lo sabías, por supuesto, no lo sabías, pero tal vez, aunque lo hubiera sabido, no hubiera estado en tus manos para poder prevenirlo, ¿verdad? Hay accidentes, hay miles formas en las que una persona puede tener trauma.
Y luego dices: “bueno, la vida de mi niño ya no será la misma”. Tal vez ya no será la misma, es cierto, pero se trata de que de la adversidad saque cierta resiliencia para que sea mejor persona. No se trata de que nunca en la vida tengamos un trauma, se trata de que sepamos cómo manejar este trauma. Entonces esto es como un jarróncito, como dicen los japoneses: “cuando se rompe el jarrón hay que pegarlo con oro, porque son esas cicatrices, son esas pegaduras las que nos hacen más preciosos y nos hacen únicos”.
Y también sé que a veces los padres tienen preguntas o tienen comentarios, como por ejemplo: “Oiga doctora y ¿por qué tiene mi hijo o mi hija que hablar del evento?” “Yo prefiero que no hable, que se le olvide”. Bueno, a veces tienen que hablar porque tienen que hacer sentido mientras van hablando, hacen sentido de lo que les pasó y te explican la historia una y otra vez y otra vez, porque tratan de acomodarlo como en su cerebro, en los cajoncitos adecuados, en su cerebro.
A veces dicen qué tal si no se lo recordamos nunca y dejamos de hablar en la familia, ¿verdad? Si se murió un familiar, quitamos todas las fotos y dejamos de hablar o nos divorciamos, mi esposo y yo quitamos todas las fotos del matrimonio y dejamos de hablar de su papá y nunca vuelven a hablar de su papá. ¿Tú crees que de verdad eso les puede ayudar? ¿Tú crees que no van a tener preguntas? Más bien, van a saber que no se puede hablar contigo. Entonces van a buscar información como pueden allá afuera.
Entonces a veces vienen y dicen: “¿Por qué mi hijo o mi hija tiene que hablar de algo tan privado con alguien desconocido como un o una terapeuta?” Porque esa persona está entrenada para saber hasta dónde mover el asunto, hasta dónde pararlo, para saber cómo ayudarla a comunicarse, para saber cómo reconstruir su vida. Entonces, no va a ser hablar por hablar al azar.
Y luego dicen: “la terapia es para gente loca”. Yo te aseguro, tengo 30 años de experiencia y te aseguro que no he trabajado con gente loca porque no es mi especialidad. Estas personas que son especialistas están trabajando en los manicomios. Yo trabajo con gente que tiene una vida normal, que le pasaron cosas en la vida y que tiene que ser más fuerte para regresar a su vida normal. Ese es otro tipo de psicología.
¿Qué hacer si mi hijo o hija tiene un trauma?
Ahora vamos a hablar de qué hacer cuando sospechas que tu hijo o tu hija tiene un trauma uno.
1. Infórmate de las fuentes adecuadas.
Siempre asegúrate que las personas que estén hablando tengan las credenciales y los títulos adecuados u organizaciones adecuadas.
2. Habla con tu pediatra acerca de la psicoterapia.
Si tu pediatra cree o no cree en la psicoterapia, es importante que te lo diga. Tal vez no cree en la psicoterapia y tengas que buscar un pediatra que sí crea en la psicoterapia y que pueda combinar esfuerzos con el terapeuta o psicoterapeuta de tu hijo.
3. Asegúrate que tu hijo tenga una vida activa
De tu parte toca que salgan a caminar, que salgan a correr, que vayan a hacer ejercicio, que brinque, que salte, que haga, porque el ejercicio físico, el movimiento, le va a ayudar a hacer sentido de su nueva vida.
Cuando le proporcionas los elementos, los niños vuelven a reír, vuelvan a sonreír más fácil de lo que tú crees.
4. Déjalo expresarse mediante el arte
Dale oportunidad a que dibuje y que exprese su arte y sus emociones sin censura, porque a veces la familia se divorció, por ejemplo, y el niño empieza a dibujar a los padres juntos y agarrados de la mano y con corazoncitos. Y tú dices: “eso no está bien, quítalo por allá” o empiezan a dibujar en negro y empiezan a dibujar monstruos y empiezan a dibujar con mucho coraje y tú te impresionas o te asustas. Esto es algo que se llama catarsis y esto está bien que lo hagan.
Déjalos que vayan dibujando, ¿verdad? A lo mejor a veces hay que prevenirlos de que destruyen juguetes y canalizarles esa expresión a algo más saludable, pero mientras no estén destrozando nada que tú no puedas vivir con eso. Déjalos, está bien.
5. Dile palabras positivas de manera constante y específica.
Es importante que todos los días tengan esas palabras contigo, ¿verdad? Esas palabras que vienen de ti como “¡qué bonito te sale esto!”, “¡qué bien haces esto!” “¡Oye, qué maravilla!”, ¡”Qué bueno eso que hiciste!” (que te lavaste los dientes, que te pusiste la piyama a tiempo), “¡qué bueno que saliste a jugar!”, “¡Qué bueno que estás comiéndote tu sopa!”, ¿verdad? Cosas que le hacen sentir que son útiles para su salud mental, esas palabras positivas que a todos nos ayudan.
¿Cómo prevenir el trauma infantil?
¿Y cómo vamos a prevenir el trauma? Ok, dices: “bueno, yo quiero hacer todo lo posible por no tener que estar en estos temas que tú dices, ¿cómo voy a prevenir esto?”
1. Déjalos ser niños.
Pues es importante que lo hagas y no les des esas preocupaciones de adultos.
Si tú estás platicando con tus niños y les estás diciendo acerca de si piensas o no piensas dejar a tu esposo o a tu esposa, los niños piensan que ellos son los culpables y tratan de resolverlo a su manera, no necesitas que carguen esa culpa.
2. Evítales películas de terror.
Yo sé que son muy comerciales y son muy convenientes para las compañías que producen películas de terror, pero si tú quieres que tus niños atesoren ese trauma, lo guardan en su cuerpo. Ponles todas las películas de terror que tú quieras. Definitivamente, no ayudan a su crecimiento, No es bonito que los expongas a este tipo de material.
3. No a los videojuegos violentos
Estamos hablando de evitar los juegos violentos. Los juegos de video los puedes encontrar en los sitios educativos, como juegos de video bonitos de acuerdo a su edad.
Cuida muchísimo esos juegos donde son de matar, golpear, eliminar, etcétera porque van a crecer pensando que la vida es así.
4. Evita las noticias abrumadoras en la televisión.
No es necesario que tengas noticias abrumadoras. Tal vez no es necesario que tú las veas, pero tú eres adulto y no te podemos prohibir eso, ¿verdad?, pero de ti depende la salud mental de los niños de tu casa. Entonces, si tú estás viendo esas noticias abrumadoras y violentas, te queda en la cabeza ese estrés. Ahora, imagínate lo que le queda a los niños.
No es necesario que expongas a los niños a este mundo de adultos tan pronto, ya se enfrentarán ellos y lo que les toque.
5. Cuida las conversaciones que tienes con otros adultos cerca de los niños.
Cuidar las conversaciones en el mismo tono que te estoy diciendo. Si tú estás platicando con tu comadre, con tu vecina, con tu amigo o tu amiga y le estás diciendo que no tienes para pagar la renta, por ejemplo, tú sabes que es una forma de platicar que te vas a sentir mejor una vez que lo hayas platicado, pero si sabes de alguna manera que los últimos dos años has pagado la renta, pero tu niño o tu niña no lo sabe y se va a preocupar muchísimo, porque acuérdate, con su pensamiento mágico dicen hay que resolver todo, todo tiene que estar resuelto antes de que yo me vaya a dormir a la cama y entonces se va a quedar pensando que les van a correr del lugar si no van a pagar la renta, y no es necesario ese estrés.
Entonces, cualquier conversación que no corresponde a los niños, no tengas los niños enfrente.
6. Habla con ellos y escúchalos
Tómate el tiempo para hablar con ellos acerca de lo que les preocupa, no de que tú vengas y de que tú insertes los temas en la vida de los niños, sino que les preguntes: “que está pasando?, ¿qué entendieron?, cómo lo vieron?” Si se murió el abuelito, “¿qué piensas de la muerte del abuelito?, ¿a dónde crees que va el abuelito?” Y luego te empiezan a platicar como hacen sentido ellos del hecho traumático.
7. Acomódate al ritmo de ellos de vez en cuando.
Tómate algún tiempo para hacer actividades que ellos guíen y que ellos disfruten. No te digo que todo el tiempo porque sería imposible, pero de vez en cuando acomódate a su ritmo y entonces te pones a jugar a la casita, a las muñequitas, al té, ¿verdad?. Te pones a correr, a jugar futbol, te pones a hacer cosas que ves la vida desde los ojos de los niños y eso es como una camaradería y eso le da esa prevención, en esa burbujita que quisieras construir para ellos, le das esa fuerza de pase lo que pase en el mundo, siempre va a tener esos momentos y esos recuerdos agradables contigo. Créeme que esas memorias valen oro.
Es más, cuando yo trabajo trauma en adultos, siempre pregunto cuáles son las buenas memorias que tienes con los adultos cuando tú eras niño y casi siempre hay un adulto que cuida y protege de ellos y que les regala estas memorias. Ojalá seas tú.
Ok, bueno, pues terminamos el tema por hoy. Regresa y toma todas las notas. Escucha cuantas veces necesites este programa. Compártelo y por supuesto, guárdalo. Y yo sé que vas a tener preguntas, si quieres hacer tus preguntas acá en público, hazlas con mucho gusto y si recuerda suscribirte a nuestro boletín, para que recibas videos de salud mental. Así que te dejamos todos los enlaces acá abajo en las notas.
Que estés muy bien. ¡Hasta pronto!
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DRA. CARMEN ROMÁN PRESIDENTE & FUNDADORA.
La Dra. Román es una oyente atenta con más de 30 años de experiencia en el suministro de psicoterapia en México desde 1998 y recientemente obtuvo su licencia en California. Con su habilidad bilingüe y bicultural, trae a Emotions in Harmony, Inc. una combinación de ambas culturas y ambos mundos de psicología y espiritualidad.
La Dra. Carmen ha sido directora ejecutiva de práctica grupal en México y miembro de la facultad de diferentes programas de posgrado en psicología en México y Estados Unidos.
