Vivir con Trauma sin Saberlo
Podrías estar teniendo síntomas relacionados con el trauma sin saberlo. Hoy hablaremos sobre qué es el trauma y cómo algunas personas sufren los síntomas y las secuelas del trauma sin siquiera darse cuenta. Y también cuál es el tratamiento necesario.
Estás leyendo Armonía emocional.
¿Qué es el Trauma?
Antes de saber si puedes estar sufriendo de síntomas de trauma o no, es importante comprender qué es exactamente el trauma. Para empezar, debemos mencionar que es visto como una respuesta emocional a una experiencia angustiosa. El trauma puede desarrollarse a partir de muchas experiencias negativas de la vida, y pocas personas pueden tener una vida completamente libre de algún nivel de trauma. Todos tenemos algo o nos ha pasado algo y no, no es nuestra culpa, a veces es simplemente procesos de la vida. Estos eventos o situaciones que pueden causar trauma suelen ser impredecibles y también pueden implicar una amenaza para la vida del individuo, una especie de lesión emocional o un sentimiento que va mucho más allá de lo que la persona puede controlar.
Pasar por este tipo de eventos puede reconfigurar por completo el cerebro de una persona y alterar por completo también su sentido de seguridad en el mundo, creando múltiples inseguridades y comportamientos específicamente diseñados para proteger lo que podría ser un peligro o parece ser un peligro en cualquier momento. Y aunque lo más probable es que se desarrolle después de eventos como un abuso sexual, experiencias militares dramáticas, violencia física, también es importante tener en cuenta que algunas otras situaciones que socialmente parecen ser leves o parte normal de la vida, como la pérdida de un ser querido, un accidente automovilístico (ya sea fatal o no), divorcios, la pérdida de uno de los padres a cualquier edad que tengamos, todo eso puede desencadenar un trauma.
Según la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, el trastorno de estrés postraumático afecta al 3.5% de los adultos en los Estados Unidos cada año, y se estima que 1 de cada 11 personas será diagnosticada con el trastorno de estrés postraumático a lo largo de su vida. Las mujeres tenemos el doble de posibilidades que los hombres de tener trastorno de estrés postraumático y los que somos latinos viviendo en los Estados Unidos, áfrico americanos o de origen indio, nos vemos afectados de una manera mucho más alta en comparación con los que son de raza blanca. Tenemos más historia, tenemos más cosas que contrarrestar en nuestra vida y sobrellevar en nuestra vida.
Tipos de Trauma
Al tener tantos desencadenantes, el trauma se puede diferenciar según el caso, por la experiencia que lo provocó y como aquí queremos educarte lo más posible, hay que hacer algunas clasificaciones del trauma y algunos ejemplos de lo que puede desencadenar cada tipo.
Tenemos un vídeo acerca del trauma y los síntomas, que está bastante extenso, creo que es un audio, es un podcast que pasamos luego en YouTube y tenemos un vídeo de trauma infantil, “¿Cómo puedes reconocer las señales de trauma en los niños?”, así que busca en nuestra lista de estrés traumático y verás que te encontrarás información
Trauma Agudo
Las personas que sufren de síntomas intensos de angustia inmediatamente después de un evento único, aislado, que fue traumático, que puede ser un accidente automovilístico, por ejemplo, o la muerte de un ser querido, ya te decíamos, se le denomina a esta reacción inmediata como el trauma agudo, y eso es al principio, a los días o semanas después del evento.
Este tipo de trauma puede ser de corta duración y dependiendo del caso, la persona puede terminar tranquilamente normal y regresar a su vida normal en un mes. En algunos de los casos no es así, en algunos de los casos estos cambios psicológicos se quedan a largo plazo, cuando pasan 30 días es cuando ya podemos sospechar que hay un estrés postraumático.
Y hay una controversia aquí con la información en general aun, entre el mundo de la psicología, ¿Es necesario o es mejor ayudar a la persona en los primeros treinta días o los primeros tres o cuatro días después del evento, de inmediato conseguir psicoterapia y eso va a impactar cómo se va a mejorar el resto del tiempo? ó ¿Es necesario que la persona use sus propios recursos los primeros 30 días y luego entrar con el tratamiento profesional? Eso, como te digo, es una controversia.
Ejemplo de un Trauma Agudo
Cada caso es diferente, yo me acuerdo, por ejemplo, cuando en México se inundó mi carro por las inundaciones en Guadalajara, las primeras tres semanas yo siempre cuando cerraba los ojos, todo lo que veía era agua y me despertaba con la sensación de que estaba dentro del agua con el carro. Lo que sí te puedo decir es que nuestro sistema emocional es tan maravilloso que hace los cambios necesarios para adaptarse y puede ser que dentro de los 30 días lo resuelvas. Si tú notas que sigues teniendo síntomas en este trauma agudo después de 30 días, por favor corre a un servicio profesional. Es mejor que empieces por terapia hablada y que junto con tu psicólogo vean si es necesario ir al psiquiatra.
Si tienes síntomas muy graves, como por ejemplo, que no puedes dormir, que de verdad no puedes descansar, etc, es mejor que vayas, corre, corre con un psiquiatra o una psiquiatra y te va a ayudar también a que encuentres una terapia hablada, una terapia psicológica. Entonces depende, hay personas que quieren de inmediato el medicamento, si es medicamento es con el psiquiatra.
Trauma Crónico
Es otro tipo de trauma, se conoce como los síntomas que surgen de eventos dañinos que se repiten y que son prolongados. Este tipo de trauma puede desarrollarse como una respuesta a la intimidación persistente; al bullying; a la negligencia; al abuso emocional, físico, sexual o los dos; a la violencia doméstica; a un asalto en la calle. ¿Por qué puse el asalto en esto que es como crónico? Porque a lo mejor la persona había llevado bien otros traumas y entonces resultó que vivió un asalto una sola vez que fue un trauma agudo, recuerda que son los primeros 30 días, pero ya estaba delgadito, delgadito, sus emociones, ya no podía manejar mucho su estado emocional debido a la historia de otros traumas que sí había llevado bien y entonces se convierte esto en un estrés crónico.
Estrés crónico es esa sensación continua de tener los síntomas y es importante que recibas tratamiento psicológico. La buena noticia que siempre digo es que el tratamiento psicológico por lo general no va a durar los años que te tomó llegar a ese nivel de trauma. Si estuviste en un abuso, por ejemplo, en una relación de violencia doméstica por cinco o seis años, probablemente te va a costar uno o dos años recuperarte con un tratamiento semanal, pero son dos años en los que cambias tu vida y lo que yo veo que las personas que salen adelante, tienen muchos mejores recursos y salen más fuertes que antes. Te pongo un ejemplo, cuando alguien se rompe una pierna y le ponen terapia física, no nada más se recupera de que se rompió la pierna, sino que además se hace más consciente y aprendió muchísimas cosas de cómo cada micromovimiento afecta su tobillo, su pierna, su rodilla, cada músculo y empezó a aprender a sentir los músculos. Es lo mismo cuando trabajas con el trauma, aprendes cómo cada evento afecta tus emociones y aprendes a conocerte muchísimo mejor.
Trauma Complejo
Este se puede desarrollar por una mezcla. Puede haber eventos traumáticos, repetitivos, múltiples, donde una persona no tiene la posibilidad de escapar y sigue siendo re-traumada. Los individuos que sufren de este tipo de trauma complejo se sienten atrapados, se sienten como muy súper vigilantes todo el tiempo. Entonces, es complejo porque viene el agudo que ya hablamos más el que es recurrente.
Trauma Secundario o Vicario
En los últimos años ha sido reconocido en el libro de diagnósticos de la Asociación Americana de Psiquiatría, el trauma secundario o vicario. Antes no se reconocía, si por ejemplo, una persona, una mamá o un papá aprendían que su hijo fue abusado por varios años, al aprender sufren un trauma vicario o, digámoslo así, un trauma por contagio, trauma secundario le llaman y antes se decía… “Bueno, aquí la víctima es la persona, aquí la víctima es el niño, los padres no”, pero hemos aprendido a lo largo, ya lo sabíamos los psicólogos, pero ahora está en el diagnóstico, ya se le puede dar oficialmente tratamiento. El estado de California, por ejemplo, paga la terapia para quien es el familiar cercano que también terminó con ese trauma.
Los psicólogos, los abogados, los sacerdotes, los trabajadores sociales, los policías, la gente que vive escuchando historias de trauma porque es parte de su trabajo, también tienen trauma vicario, ¡Sí señor!. A mí casi siempre me preguntan, “¿Y usted también tiene trauma doctora?”, sí, ¿Cómo no?, escucho trauma todos los días, entonces, a lo mejor la única diferencia en mi caso a diferencia del abogado, del sacerdote, del policía, etc, es que tengo a la mano las herramientas para trabajar con mi propio trauma. Pero si por ejemplo, un taxista, una persona que corta el cabello o la que hace las uñas, se la pasa escuchando historias muy dolorosas de sus clientes, bueno, pues va a tener un trauma vicario y por lo tanto es importante que también asista a un tratamiento psicológico.
Estas personas de las que estamos hablando, los familiares o los profesionales que escuchan trauma, corren el riesgo de sufrir por fatiga, por compasión, y tienen angustia porque no logran filtrar el trauma de los demás de manera correcta, deben aprender a hacerlo.
Experiencias Adversas en la Niñez
Este tipo de trauma cubre una gama muy amplia de toda la niñez, de cuando los niños directamente vieron pelear a sus papás o a los vecinos. Pueden también tener un trauma o porque vivían en una zona donde había mucha pandilla, por ejemplo, y estaban constantemente en una zona de conflicto, en una zona de guerra, tienen experiencias adversas en la niñez que cargan de por vida si no son atendidos.
¿Cuáles son exactamente los efectos que el trauma puede tener en una persona?
Pasar un evento perturbador o angustioso no sólo puede desencadenar una respuesta psicológica, sino también física. Estos eventos pueden activar la amígdala, que es una estructura del cerebro responsable de detectar las amenazas y responde enviando una alarma a múltiples sistemas corporales para prepararse y encontrar la forma de defenderse. El sistema nervioso simpático que se encarga de activar tu cuerpo para diferentes actividades, encontrará una acción para poder defenderse al estimular la liberación de la adrenalina y la noradrenalina. Éstas hormonas del estrés preparan el cuerpo para una respuesta de lucha, así como, “Vamos a pelear y a defendernos o vamos a correr”, y en esta decisión de huida, se va a activar todo el torrente sanguíneo, y así con todo el trabajo físico que nuestro cuerpo esté haciendo, con todo ese miedo, con toda la ansiedad, con esa sensación de shock emocional, con el enojo. Todas esas son respuestas bastante normales a un evento traumático.
Sin embargo, en una situación normal, estos sentimientos negativos o estos sentimientos inconfortables, yo prefiero no decir negativos porque son bastante positivos, ya que te están ayudando a defenderte, pero la gente los toma como negativos, pero estos sentimientos o estas respuestas inconfortables en realidad son una señal, son una alarma que te están diciendo que es tiempo de hacer algo, es tiempo de estar alerta. Y esto es como una película vieja, cuando la persona ya pasó el mes, ya pasó el estrés agudo y tiene los síntomas, ve eventos nuevos como si fueran parte de la película vieja, es decir, alguien hace un movimiento, o hay un aroma, o hay un color, o hay una situación parecida a cuando fue el evento traumático, entonces todo su cuerpo suda frío o tiene escalofríos, tiembla o se desconecta y no sabe ni a qué horas manejó una calle completa, ya no se da cuenta o empieza a dejar la bolsa por todos lados, el teléfono por todos lados, entonces no un sólo síntoma es señal de trauma, pero sí una combinación de síntomas, acuérdate, para que no digas… “Ok, ya dejé la bolsa y entonces tengo trauma”, no, es una combinación de síntomas.
Y todo esto se debe a que la amígdala se vuelve hiperactiva y puede reaccionar de forma exagerada. Parece de forma inapropiada, pero es bastante apropiada. Recuérdalo antes de poder juzgarte a ti misma o a ti mismo. Es normal que tu cuerpo viva a la defensiva, porque nosotros tendemos a la sobrevivencia. Ahora, continuamente vivir a la defensiva o continuamente vivir en el sobresalto te va a generar un desgaste físico, un desgaste emocional, te va a dar insomnio, problemas de apetito, problemas de sueño, problemas en la función sexual, problemas en las relaciones interpersonales, en general te va a causar una disminución de la autoestima. Aquí es donde te repito, es muy importante buscar la ayuda de un profesional experto o experta en el manejo de trauma.
Ahora, vamos a responder la pregunta…
¿Puede que tengas un síntoma de trauma o que tengas años con trauma sin saberlo?
La respuesta corta, técnicamente sí se puede. Según una investigación de la UCLA en California en Los Ángeles en el 2014, los adultos pueden desarrollar síntomas de trastorno de estrés postraumático, incluso si no tienen un recuerdo explícito del trauma. Puede ser que pasó hace años, normalmente en la infancia y no se acuerdan de nada.
Te voy a poner un ejemplo, hace unos años yo estaba trabajando con una terapia de familia y donde el jovencito había visto como su amiguito era puesto en el suelo por la policía, este lo atrapó por las manos por detrás, lo tumbó al suelo y luego le puso las esposas. Este niño no aguantó ver eso y se le fue encima al policía y lo agredió. Cuando estuvimos investigando, porque normalmente era un niño bastante tranquilo y no había tenido un antecedente, no había pasado algo así, después de varias sesiones de terapia, lo que descubrimos fue que este niño en su memoria en la infancia tenía una imagen muy parecida donde su papá había hecho algo parecido a su mamá porque venían de violencia doméstica como familia, entonces su cuerpo y todo su ser respondió a proteger. Hace muchísimos años, cuando él era un chiquitito, no había podido proteger a su mamá, pero esta vez estaba más grande y se puso a proteger al amigo. Cuando pudimos encontrar respuestas así, tanto la mamá como el hijo se tranquilizaron un poco, porque sabían que es una respuesta hasta cierto punto normal, pero inapropiada para la circunstancia presente. Ahora había que explicarle al juez, ya si lo dejaron fuera de la culpa o no, ya no te sé decir la verdad, pero fíjate cómo nosotros tenemos guardaditas cosas en nuestro cerebro que salen cuando menos nos esperamos.
Este estudio encontró que entre las muchas formas de memoria, sólo algunas pueden ser críticas para el desarrollo de estrés postraumático, pueden haber mil cosas durante el evento traumático y tú sólo te acuerdas de una. Hay un libro de trauma que dice que la persona fue asaltada en la calle y solo se acordaba del botón azul de la camisa del asaltante. A veces nos enfocamos en cosas muy chiquititas.
La investigación sugiere que la memoria explícita es la que hace que recordemos voluntariamente y podamos articular, pero ¡ojo!, que esto no es un requisito para el estrés postraumático, al menos seis informes anteriores han encontrado que hay personas que han experimentado eventos terribles en la vida que les resultó en un daño cerebral, que desarrollaron síntomas parecidos al estrés postraumático y que definitivamente no recordaban los eventos.
El estudio de la Universidad de California en Los Ángeles descubrió que, aunque técnicamente no existe el recuerdo, el cuerpo aún puede enviar esas ondas de mayor miedo y de ansiedad cuando se trata de entrar en nuevas situaciones, entonces tu cerebro no lo registra, tu cognición no lo registra, pero tu cuerpo tiene esa memoria. La mala noticia es que también nosotros tenemos memoria ancestral, entonces hay traumas, cosas que vas a traer digámoslo así, por herencia, o por que se pasan de una generación a otra. Lamento no darte tantas buenas noticias hoy, pero esto del trauma es muy interesante.
¿Se puede conocer el trauma en la edad adulta?
Sí, casi siempre cuando menos te lo esperas y de la manera más inoportuna. Te voy a poner un ejemplo menos traumático pero bastante alusivo a este caso, había una persona hace muchísimos años en Guadalajara que me tocó atender, que tenía cincuenta y tantos años, que la iban a operar de algo en el estómago, cuando estaban los preparativos para la operación, cuando le estaban haciendo los estudios, estaba ya en la preparación para la operación, el doctor obviamente tuvo que revisarla alrededor del estómago y esta persona se puso bastante tensa, respondió de una manera bastante aguda, no podía ni dormir, ni respirar, tenía ataques de pánico y no podía. Tuvieron que suspender la cirugía. Esta persona fue mandada a terapia, y me tocó trabajar con ella y después de algunas sesiones descubrimos que había sido víctima de abuso sexual cuando había sido niña, cincuenta y tantos años atrás y por cincuenta y tantos años su cuerpo lo había guardado bastante bien. Afortunadamente, pudimos trabajar con los eventos y afortunadamente meses después pudo tener la cirugía más tranquilamente. Y estos, son casos de todos los días.
Así es que cuando tu cuerpo reacciona de una manera, no te enojes, simplemente atiende a lo que tu cuerpo necesita. Aunque vivir con un trauma y la experiencia en sí misma que lo causa, los sobrevivientes de un trauma también indican que una vez que trataron el trauma correctamente, como te decía al principio, aprendieron a desarrollar resiliencia, habilidades de afrontamiento efectivas y desarrollaron un sentido de autoeficacia. Algunos experimentaron un crecimiento personal que los ayudará a forjar relaciones mucho más sólidas, a redefinir sus relaciones, a añadir nuevos propósitos espirituales a sus vidas y a obtener una apreciación más profunda de la vida.
Recomendaciones
Busca ayuda profesional con alguien que sea experto o experta en el trabajo de trauma.
Tienes que preguntar cuántos años y ¿Cómo le ha ido trabajando con trauma?, sí tiene conocimientos de terapia cognitiva conductual, ¡Qué bueno!, sí, pero no es lo único, debe de tener muchas otras herramientas, no exclusivamente la terapia cognitivo conductual porque tengo clientes que llaman y me dicen, “Es que yo escuché que la terapia de la sensibilización es buena o escuché tal”, no solamente una, es que no te va a quedar, depende cuál te quede a ti. La persona tiene que tener bastantes herramientas.
Practica técnicas de relajación
Como salir a caminar, comer despacio, tomar bastante agua, tener un masaje, esas cosas que te van a ayudar a estar centrado o centrada en el manejo de tu cuerpo. Tai Chi, yoga, cosas así que te ayudan a vivir con más conexión con tu cuerpo.
Practica la meditación
Si tus síntomas son muy agudos tal vez tengas que empezar por muy poquito, como por un minuto y luego te vienen todas esas imágenes del trauma, te asustas y te despiertas, entonces por un minuto, por dos minutos o definitivamente empieza a trabajar con alguien que te pueda guiar, que sea experto o experta en el manejo de la meditación y trauma juntos, para que puedas aprender meditación, ¿Por qué? Porque la meditación a largo plazo te va a ayudar a una recuperación hermosísima. Entonces es muy recomendable la meditación, pero al principio suele ser abrumante y dolorosa cuando el trauma ha sido bastante agudo.
Espero que esto te haya servido. ¡Wow! Si estás todavía hasta acá, ¡Qué bueno! Me da muchísimo gusto que te sirva para que tengas una vida llena de armonía emocional. Si estás en el podcast, corre a YouTube, suscríbete a Armonía Emocional y suscríbete en cualquier parte que estés. Ayúdanos compartiendo esta información para que muchísima más gente se beneficie y viva en armonía.
¡Que estés bien y hasta pronto!
Gracias por acompañarnos.
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DRA. CARMEN ROMÁN: PRESIDENTE & FUNDADORA.
La Dra. Román es una oyente atenta con más de 30 años de experiencia en el suministro de psicoterapia en México desde 1998 y recientemente obtuvo su licencia en California. Con su habilidad bilingüe y bicultural, trae a Emotions in Harmony, Inc. una combinación de ambas culturas y ambos mundos de psicología y espiritualidad.
La Dra. Carmen ha sido directora ejecutiva de práctica grupal en México y miembro de la facultad de diferentes programas de posgrado en psicología en México y Estados Unidos.